No estoy en tu porcentaje

Facebook es un inmenso bar de los de antes, de esos a los que ibas a tomarte unas cañas y escuchabas hablar de todo tipo de cosas extrañas e imposibles, muchas de ellas mentira o leyendas urbanas, lo que antes comentabas como me han dicho en el bar ahora es un lo he visto en Facebook.

A mi la verdad es que me da un poco lo mismo porque no me voy a poner a corregir a nadie cuando pasan noticias de hace 10 años como si fuesen nuevas o bulos interneteros algunos de los cuales son incluso más viejos, para eso me tendría que contratar alguien y pagarme muy bien porque sería un trabajazo enorme.

Pero si hay algo que se estila mucho en Facebook es caer bien, estar en la media, ser aceptado, demostrar una capacidad de empatía por encima de la media, hay que llevarse bien con todo el mundo más allá de enviar semillas en la granja de turno.

Vamos a escribir chorradas motivadoras al lado de la foto de alguien famoso como si esa persona lo hubiese dicho realmente en algún momento de su vida y ver como el número de me gustas va en aumento.

Ya que estamos vamos a tocarle la patata la gente con fotos desgarradoras y textos que harían llorar al niño Jesús y a decirle a la gente que eso no lo van a compartir, que el 95% de mis amigos no lo van a compartir pero el otro 5% sí que lo hará y que además sabemos quienes lo van a hacer porque sabemos quienes son realmente nuestros amigos, somos tan geniales que tenemos a un 95% de amigos que no consideramos como tales y les enviamos mierdas para recordarles que no lo son, porque somos así de especiales.

Ahora es esto como antes eran aquellos textos en los que por cada me gusta o por cada usuario que compartía la publicación una supercompañía donaba un dólar, diez céntimos o la cantidad inventada que a quien inició la cadena le pareció oportuna poner.

Pasan los años y cambian algunas cosas pero el fondo sigue siendo el mismo, aún recuerdo cuando te llegaba una carta a casa que tenías que reenviar a 10 (o los que fuesen) amigos si no querías morir entre terribles sufrimientos para lo cual el correo electrónico vino que ni pintado, un ahorro importante en sellos y la capacidad de maldecir a más personas en menos tiempo. Juan Pasota no envió esta carta/correo a nadie, su mujer le dejó y se llevó a los niños, perdió su trabajo, le embargaron el coche, vive en la calle y sus amigos le dieron la espalda, lo ha perdido todo, esto pasa de verdad, no es para tomárselo en broma.

Hubiese estado bien por aquellos tiempos enviar la carta con una coletilla del tipo, yo sé que amigos van a reenviar esta carta y cuales no.

Como digo me da lo mismo pero no pienso reenviar ni compartir nada que venga de ese modo y si alguien considera que no soy su amigo por no hacerlo es muy fácil borrar a alguien, si alguien cree que la amistad es republicar ese tipo de cosas y por eso lo hace por mi bien pero que quede claro que siempre estaré en el 95% que no las comparte, sea como amigo o no lo sea.

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4 respuestas a No estoy en tu porcentaje

  1. Dabo dijo:

    Pues mira bro como estaré yo que no tengo ni cuenta ;D Calcula la media !

  2. Dabo dijo:

    Ya te digo xDD, la vieja escuela es lo que tiene 😉

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